viernes, 20 de enero de 2012

Juan Filloy






No diré que tu frente es de diamante
ni tus labios dos límpidos rubíes
ni los dientes que muestras cuando ríes
dos hileras de perlas de Levante…

No diré que fulgura rutilante
el zafir de tus ojos si sonríes
ni que es oro el cabello conque engríes
el alabastro de tu tez fragante…

No lo diré jamás; porque yo quiero
que sepas que soy bardo y no joyero;
y que sepas también para tu gloria

que pesado tu ser en santa calma
prefiero a tu belleza transitoria
la suprema belleza de tu alma

Juan Filloy, Argentina, 1894-2000
de Sonetos (1996)
imagen: s/d



En el tranquilo golfo de los senos
De esta callada meretriz obesa
Como un barco borracho,
Se tumbó mi lujuria
Bajo el acantilado de su enorme
Garganta, mi cabeza tuvo un suave
Vaivén de ritmo póstumo.
!Y en sus flácidas ondas
Pregusté la molicie
Que borra las penurias del naufragio!
Cuando en el mar de sombras
Del golfo de la muerte
Yazga tumbado mi bajel de carne
!Qué no diera por ver como una estrella
rutilando el recuerdo
De esta callada meretriz obesa,
Que abrigó mi lujuria
—Triste barco borracho—
En el tranquilo golfo de sus senos! 

Juan Filloy, Argentina, 1894-2000
de Balumba (1933)


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